Por Quique Ortega
Una vez más, tenemos una nueva entrega de los X-Men y me atrevo a decir que es una verdadera maravilla. Combinando al elenco original (X-Men, X2 y X-Men: The Last Stand) con el nuevo (X-Men: First Class), esta película que para mí, es un gran thriller de ciencia ficción, lo tiene todo; entretenimiento puro de principio a fin con excelentes secuencias de acción y una trama que curiosamente (para el tipo de género) contiene momentos profundos, emocionales y un interesante y constante conflicto tanto individual como colectivo de sus personajes.
Basada en dos comics del mismo nombre de la famosa serie titulada “The Uncanny X-Men”, la película abre en un increíble futuro post-apocalíptico donde Kitty Pride (Ellen Page), Ice-man (Shawn Ashmore) junto a otros mutantes, pelean con coraje, pero son claramente superados por los grandes, superpoderosos y aparentemente invencibles Sentinelas. Al borde de la aniquilación, los únicos sobrevivientes de los X-Men deciden enviar a Wolverine (Hugh Jackman) al pasado (1973) para impedir, con la ayuda de Magneto y Professor X, el asesinato de Boliver Trask (Peter Dinklage), creador de las Sentinelas, a manos de Mystique (Jennifer Lawrence), que posteriormente desencadenaría la serie de eventos que llevarían a la total destrucción de los mutantes.
Wolverine, ahora más como un mentor y guía de los personajes del pasado, y de nueva cuenta interpretado de forma magistral por Hugh Jackman, ha sido el personaje central en esta saga de los X-Men. Esta vez no ha sido la excepción y de hecho, carga con buena parte de la trama, pero en realidad, esta es la historia Magneto y Professor X, interpretados magistralmente por Michael Fassbender y James Mcvoy respectivamente, brillando en cada una de sus escenas y llevándonos poco a poco a ese espectacular 3er acto a través de sus constantes enfrentamientos por la diferencia de ideologías en cuanto a la igualdad de los mutantes y las formas de conseguirla.
Tal y como lo anunció Bryan Singer, director de la película, el consejo de James Cameron (Terminator) fue fundamental para desarrollar una narrativa congruente y lineal en esta nueva entrega en la saga de los X-Men, considerando que las películas sobre viajes en el tiempo pueden caer dentro de muchas contradicciones y morir en el intento. Para bien de la película, se pueden olvidar de lo anterior gracias al espectacular elenco, que además de dar excelentes actuaciones, da ese importante sentido de seriedad e importancia a la narrativa y al contexto o realidad en la que se encuentran envueltos sus personajes, que por lo general, es inexistente en las películas de Marvel.
Después de X2, esta es sin duda la mejor entrega de la popular saga que le ha dado nuevamente vida a la misma después de la odiada “X-Men: The Last Stand”. Que emocionante es ver a Bryan Singer de nueva cuenta en los controles, dando buenos resultados y estableciendo las bases para futuras entregas, como la ya anunciada X-Men: Apocalypse, a estrenarse en el 2016. ¡¡¡¡WOOOOOOW!!!