Por Quique Ortega
Ya terminando el año cinematográfico, abundan las películas cuyas características cumplen los requisitos necesarios para estar nominadas al Oscar; La Teoría del Todo es una de ellas. Esto no significa que sea una extraordinaria película, simplemente es de las que gustan a La Academia y por supuesto se llevó su nominación obligada. Veamos que tan buena estuvo…
Stephen Hawking es uno de los personajes más influyentes en el mundo de la ciencia de las últimas décadas. La película cuenta su historia, historia que comienza mientras estudia un doctorado en física en la Universidad de Cambridge. Ahí desarrolla su famosa teoría sobre los hoyos negros y el origen del universo, además de conocer a Jane (Felicity Jones), la que se convertiría en su conocida esposa. Lamentablemente y como todos sabemos, Stephen desarrolló desde ese momento una enfermedad motoneuronal que lo ha dejado casi paralizado por completo sin perder su gran inteligencia.
La película va narrando su vida con base en las diferentes etapas de su enfermedad. Su obra se trata superficialmente con pequeñas escenas explicativas sin mucha incidencia en la trama. El filme trata solamente su relación con Jane y las dificultades para sobrellevar un matrimonio guiado mayormente por la enfermedad. El error de la película es el caer en territorio muy conocido pasando desde la clásica fase del enamoramiento, y sus respectivos clichés, hasta las obvias complicaciones derivadas de la enfermedad. Por ahí intentan darle complejidad a la trama exponiendo un poco el conflicto de ideas entre Stephen y Jane sobre la existencia de Dios, pero no atrapa por completo. En lo personal, me costó trabajo ver la decadencia física de un hombre, pero durante el obligado final, no hay forma de no sentir alegría y admiración por este genio de la física y de la historia.
Las actuaciones de Eddie Redmayne (Black Death) como Stephen y Felicity Jones (The Invisible Woman) como Jane, son dignas de Oscar y no cabe duda que el primero ganará dicho galardón. Todos sabemos que el actor que retrata a un enfermo superando cualquier adversidad se lleva la estatuilla generalmente, aunque sus contrincantes den también grandes actuaciones como Michael Keaton (mi favorito) en “Birdman”.
Siempre hacen ruido este tipo de películas, al igual que Selma y la vida de Martin Luther King. No creo que gane, pero La Academia ya debería de considerar premiar otros géneros o filmes diferentes que proponen nuevas cosas. La Teoría del Todo es buena, pero también algo común y corriente. Nada más…