Por Quique Ortega
Al parecer, hoy en día los estudios son capaces de hacer remakes de todo, inclusive de franquicias que todavía están vigentes (Chucky es una de ellas). Todavía siguen saliendo películas del muñeco diabólico original (la última fue «El Culto de Chucky») pero, ¿por qué no hacerle un remake? Chingue su madre. ¿Qué tal estuvo? Les platico.
Nuevamente Chucky termina en manos de Andy, ahora interpretado por Gabriel Bateman (Lights Out). Éste vive con su mamá (Aubrey Plaza, Parks and Recreation) en un modesto departamento. Como el pobre de Andy es medio antisocial, ésta le regala a Chucky sin saber, obviamente, de su naturaleza siniestra. Pero qué creen, justamente Chucky ya no es tan tétrico ni siniestro como antes, ya no guarda el alma de un asesino en su interior. Ahora es un simple muñeco con inteligencia artificial capaz de controlar todos tus dispositivos electrónicos (tiene una entrada de USB). Así como lo oyeron. Entiendo que es un remake y hay que darle su toque diferente al personaje, pero en lugar de hacer algo diferente y más interesante, hicieron algo un tanto extraño a mi parecer. Les faltó imaginación y le restaron al personaje, pero, gracias al diseño del mismo y el trabajo de Mark Hamill en la voz, funciona superficialmente.
Las muertes siempre son muy importantes dentro del género. Éstas son largas y elaboradas, como si dentro de la personalidad del muñeco asesino hubiera algo de Jigsaw. Son originales y son muy ridículas como las mismas películas de Chucky, pero las pobres víctimas son personajes poco importantes para la trama, por lo que sus muertes carecen de impacto.
Algo que sí me gustó y me sorprendió de la película fueron las actuaciones. El trabajo de Bateman y Plaza es bastante bueno y le dan muchísima credibilidad a la película. Cuando la película debe de ser seria, ambos personajes marcan la pauta de buena manera. Por otro lado, la voz de Mark Hamill (Star Wars) como Chucky también es excelente. Él es la icónica voz de El Guasón en la serie animada de Batman de los noventas y los videojuegos de Arkham, por lo que tenía miedo que se pareciera mucho. Gracias a Dios no fue así y logró darle a Chucky una buena voz, original y diferente. Casi toda la película se me olvidó que era Mark Hamill el que se reía y hablaba, a veces como niño y a veces como demente. Bien por el gran Luke Skywalker.
El final. Se sale de control. Nuevamente usan elementos muy extraños. Las películas de Chucky siempre han sido ridículas en varias partes, pero ésta se va demasiado hacia ese territorio, por lo que cuando debe de ser seria, lo es, pero el cambio de tono es tan marcado que se siente como si estuviéramos viendo dos películas completamente distintas. Además, el último encuentro con Chucky es poco original, por lo que se siente algo aburrido. Digamos que se fueron a la segura. Es un final que, aunque funciona, ya hemos visto en miles de películas.
Pero bueno, pues no lograron aterrizar de buena manera este refrito. Como pudieron percibir en mi opinión, más que mala, es un remake un tanto extraño. Creo que varias de las ideas nuevas que intentaron usar no terminaron por funcionar con este personaje. Eran para otra película.
Seguimos en la era de los remakes y las secuelas en Hollywood. Sigo insistiendo que deberían darle oportunidad a historias nuevas y originales. No creo que haga falta imaginación, simplemente hacen lo que vende y eso es algo lamentable. ¿No creen?
CALIFICACIÓN [6.5]