Por Quique Ortega
Ayer fui a ver El llamado salvaje solamente por Harrison Ford, uno de mis ídolos máximos del cine y, déjenme decirles, que no está tan buena que digamos. Ya que…
La película cuenta la historia de Buck, un perro bien pinche hiperactivo y desobediente pero de buen corazón propiedad de una persona importante en un pueblo de California. Un día se lo pepenan (roban) y es vendido como «perro jalador de trineos» en la década de 1890, donde los hombres buscaban como loquitos oro puro hasta allá por Alaska. Pobre Buck…pero no se preocupen, todo se trata sobre las aventuras de este intrépido canino.
La película tiene un problemilla, ¿cuál es?, pues que Buck es un perro hecho con puros efectos a computadora y le quita totalmente el peso emocional que siempre tienen las películas sobre animalitos tiernos de buenos sentimientos. Con un poquito más de esfuerzo, y con un perro real, quizá hubieran podido conseguir una mejor película y solamente utilizar CGI en las escenas peligrosas por aquello del maltrato animal. La neta es que Buck de repente tiene unos gestos medio caricaturescos que te sacan de la historia.
Pero debo decirles que Harrison Ford rescata la película para ponerla en el calificativo de «película palomera que pasó de panzazo». Su personaje tiene una historia detrás no tratada con mucha profundidad pero fuerte por el tema que toca. En realidad, él le da la parte sentimental y su relación con Buck es lo suficientemente bien llevada. Además, como siempre, su actuación es sólida. Por cierto, ya esta bien viejo pero fuerte como un roble.
La película tiene momentos en los que cambia de tono hacia el «no apto para niños», por lo que me quedé preguntándome si en realidad esta dirigida hacia ellos o qué chingados. Mayormente es de aventura, pero hacia el final, tiene una escena que la verdad no se si era necesaria considerando el tipo de película que busca ser.
Pero bueno, en realidad la película cuenta la historia de un perrito buscando su lugar en el mundo y el cómo se conoce a sí mismo con la ayuda de los humanos. Eso, lo hace bien y está bien contadita, pero lamentablemente no es empática y distrae que los animales sean sintéticos, es decir, no llega al corazón como debería. Además, tiene un villano unidimensional – de esos que son despiadados sin razón alguna – que en vez de atemorizar, molesta y da risa.
Si no tienen absolutamente nada que hacer y tienen ganas de ir al cine, está lo suficientemente palomera para matar el tiempo, de lo contrario, se la pueden ahorrar y no pasa nada.
CALIFICACIÓN [6.0]