RESEÑA: CASTLEVANIA

Por Quique Ortega

Para ser una caricatura, Castlevania es una serie hecha con seriedad, paciencia y amor por el material original. Empezó como una modesta temporada de cuatro capítulos en Netflix, y ya se ha convertido en la mejor adaptación de videojuego a cine o televisión de la historia (todos sabemos que por lo general son bastante chafaldranas) con su magistral y recién estrenada tercera temporada (ya de diez capítulos). Ah, y es totalmente dirigida para adultos, ya verán porque.

En la época de la macabra Santa Inquisición, Drácula, en ese momento un vampiro buena onda, decide destruirnos a todos porque la malvada iglesia decide quemar viva a su esposa por considerarla una bruja cuando solo era una bella e inteligente científica. Por supuesto, nuestra aniquilación en manos vampirescas no es opción y tres son los héroes protagónicos que deciden intentar parar la masacre de una vez por todas. El primero es Trevor Belmont, el último de los Belmonts, una familia cazadora de monstruos que fue destruida en un evento llamado «La Purga». Es un héroe triste, medio ebrio y que siempre se anda haciendo el chistocito con su humor sarcástico. Es valentón y te maneja un látigo de fuego impresionante. El segundo se llama Sypha, una oradora con poderes mágicos que te pueden quemar, congelar o partir en dos si así lo desea. Una «badass». Y el tercero es el más poderoso de los tres, pero el que más sufre por la soledad y su complicada naturaleza. Se llama Alucard, es mitad hombre, mitad vampiro y pues…es hijo de Drácula. Porta una mata dorada, se transforma en animales, tiene super velocidad, te maneja la magia y tiene una espada flotadora que te rebana lo que quieras si andas distraido. El trío dinámico.

Lo increíble de la serie y uno de sus mayores atributos es que todos los personajes – que son más de los mencionados – están bien desarrollados y tienen su trasfondo, su buena historia detrás. Además, todos juegan un papel crucial en la trama principal y en sus propias y excelentes historias (algunas te manejan hasta la introspección). Los diálogos, por su parte, solo incrementan en calidad e inteligencia, al igual que la complejidad de la trama que, para la tercera temporada, ya es signa de admirar para un anime. La primera temporada es la introducción, la segunda la guerra, y la tercera la del drama, misterio y la mejor de todas.

La animación es excelsa también, sobre todo en las secuencias de acción. Por lo general, ahí es donde muchas caricaturas se entorpecen o se ven chafas como la reciente Dragon Ball Super (vaya hueva que traían los animadores). Bueno, pues Castlevania nel pastel. Los personajes, al momento de los putazos, pierden un poco de definición pero toman un chingo de fluidez, como buen anime, y hacen de las batallas importantes algo bastante chingón y emocionante (ver a los personajes en acción es de lo mejor de la serie). Además, el diseño de todos los personajes y el trabajo en las voces es magnífico (importantísimo en las caricaturas ya que es el medio principal para comunicar emoción).

Y si se preguntaban por qué es solamente para adultos, bueno, pues la serie es violentísima y tiene sexo. La neta nunca había visto sexo en una caricatura y quedé perplejo cuando comenzó el «cuchi chuchi», que, además, no se da gratuitamente sino con propósito.

Castlevania le entra duro a la mitología vampiresca, y lo hace de huevos con su excelente historia y narrativa de héroes, villanos y la línea que los separa, que aveces medio se nubla. En general, tiene un ritmo semi-lento pero increíblemente no aburre debido a que maneja su buena dosis de complejidad al meterse a temas más maduros que cuestionan el significado de la humanidad, la bondad y la maldad. Hay muchos capítulos en los cuales no puedes quitar el ojo de la pantalla y no tienen un gramo de acción (aunque cuando esta llega es brillante). De hecho, en la tercera temporada, el escritor, ya con mucha confianza, le entra a lo existencial a través de un excelente personaje llamado Isaac, en un viaje de venganza y redescubrimiento.

Me encantó, los finales de las tres temporadas son espectaculares. Por momentos, pienso que bien la podrían hacer live-action y funcionaría perfectamente bien. La neta, este show está en otro nivel de fantasía.

¡Échenselá!

CALIFICACIÓN [9.7]