Reseña / la maravillosa sra. maisel

Por: Gabriel Egea (crítico invitado)

Debo decir, primero que nada, que cuando descubrí el stand-up, con lo fácil que soy, caí redondo. Me gustaba, sentía que había pasión en esa comedia e incluso llegué a considerar escribir un monólogo cómico, quizá sólo por mero pasatiempo, pero ahí estaba ese deseo. Después abrí un poco los ojos al stand up en Estados Unidos, encontrando cosas maravillosas y otras no tanto, quizá por el humor, quizá la diferencia cultural.

Y entonces vi venir una ola inmensa de “comediantes” y “standuperos” en el país y lo chotearon, parecía que cualquiera que se parara a hacer chistes vulgares sobre genitales, se consideraría comedia. Y cayó totalmente de mi gracia, no pude más. Incluso, me di cuenta que los mismos standuperos nacionales que me habían enamorado, estaban cayendo en el mismo bucle simplista y descorazonado. Me alejé de los escenarios (de manera figurada porque nunca estuve en uno) y lo dejé ahí… hasta hace dos semanas.

Me recomendaron La maravillosa Mrs Maisel, serie original de AMAZON PRIME, y no pudo ser mejor recomendación… protagonizada por Rachel Brosnahan (House of Cards) es, como el título lo dice: una verdadera maravilla. No hay un hilo negro en la historia, no están  buscando el cáliz de la comedia, pero tiene un toque sencillamente extraordinario.

Situada en Nueva York en los años 50’s, nos asoma no solo a la vida cultural de la Gran Manzana, sino a la comunidad judía donde vive Miriam “Midge” Maisel; pareciera que ella tiene un compromiso espantoso con la comunidad y su familia, debido a estar siempre a la sombra de su madre Rose, (interpretada magistralmente por Marin Hinkle –Two and a half men-), y estar sujeta a la aprobación del jefe de familia (sea su padre o su propio esposo) y de tener la responsabilidad absoluta de ser la esposa perfecta.

Midge Maisel tiene una vida estable, resuelta. Mientras avanza la serie, se va dando cuenta que la estabilidad en la que vive, es meramente un intento social de mantenerse en pie.  La inesperada separación de su matrimonio la lleva a replantearse los límites de su zona de confort, y por mera casualidad (si es que eso existe) llega a la comedia del stand up. Una industria poco amigable para una mujer en tiempos de dominio de género masculino; los artistas no son considerados personas “rectas” dentro de su comunidad, y menos aún los comediantes. Incluso los mismos colegas, la hacen menos, la sienten demasiado guapa para ser comediante; a menudo la confunden con cantante… como si no tuviera la condición para ser comediante,  por ser justo una mujer joven y guapa.

Aquí ella rompe ciertas reglas, si no en la industria, rompe SUS propias reglas. Aprovecha el ser esa “esposa perfecta” para crear al personaje que se para detrás del micrófono, logra mofarse de ella misma, de su matrimonio, de su comunidad, de sus padres, incluso de sus propios hijos, logrando así florecer como artista. Lo que parecía una encomienda social, termina siendo materia prima para sus monólogos, cada vez más trabajados, más perfectos, hablando de lo imperfecto que es la vida de una mujer judía, casada, con hijos, originaria de un barrio acomodado en los años 50’s en la ciudad de Manhattan.

Las tres primeras temporadas, nos plantean lo que bien podría ser una bella caricatura: mucho color, carisma, imaginación, sutileza. Vemos Manhattan como nos imaginamos que es Manhattan: maravillosa, divertida, cultural, llena de vigor y bares locales con artistas únicos. Vemos París como nos imaginamos que es París: maravillosa, la lluvia realza el color de las calles, el pan cruje de solo tocarlo, el vino, los bares llenos de parisinos discutiendo y bebiendo.

Durante todo momento la serie nos sonríe con esta caricatura, con inocencia, donde la vida es color de rosa y lo que no es rosa es negro. Pareciera que no hay matices, que no existe la gama de grises. Y es de pronto, bastante esperanzador tener esa visión, estamos viviendo muchos altibajos, así que mantenernos en este estado durante 50 minutos de cada capítulo, ayuda al ánimo y nos deja una larga sonrisa.